Lo despidieron para tapar el escandalo

Tras la denuncia publicada por nuestra página Cajabamba Perú, que expuso la mentira detrás de la descolmatación de la quebrada Santa Mónica—a pesar de que se pagó la suma de S/37,760 a la empresa Alfresa SAC—, el ex subgerente de Gestión del Riesgo y Desastres, Hiroaki Villalobos Cabrera, no solo fue destituido de su cargo, sino que ahora ha sido abandonado a su suerte por el alcalde Juan Pérez Campos. Según fuentes cercanas a la Municipalidad Provincial de Cajabamba (MPC), el burgomaestre estaría manejando un discurso evasivo, asegurando que las autoridades correspondientes ya se están encargando del asunto y que él mismo ha presentado una denuncia al respecto. Una vez más, recurre a su conocida frase: «No hay sabido». Sin embargo, para quienes tienen un mínimo de sentido común, este argumento resulta poco creíble y hasta insultante. ¿Acaso pretenden tomarnos por ingenuos?
Es evidente que la ciudadanía no se traga el cuento tan fácilmente. Surgen preguntas inevitables: ¿Era Hiroaki Villalobos el encargado de supervisar la distribución de las canastas navideñas? Porque, según lo que se comenta en los pasillos de la MPC, los fondos destinados a la descolmatación habrían sido desviados precisamente para financiar dichas canastas. Si esto es cierto, resulta difícil creer que el alcalde no estuviera al tanto de semejante maniobra. Su defensa de que «no sabe nada» suena más a un intento desesperado por lavarse las manos que a una explicación convincente. Además, ¿desde cuándo el área de Gestión del Riesgo y Desastres tiene entre sus funciones la repartición de canastas navideñas? La respuesta parece obvia: no es su competencia. Entonces, ¿quién dio la orden? ¿Quién autorizó el desvío de esos fondos?
La situación deja a Hiroaki Villalobos en una posición sumamente complicada. El ex subgerente se encuentra ahora entre la espada y la pared, enfrentando un dilema que podría definir su futuro. Tiene dos caminos claros: hablar, contar toda la verdad y desenmascarar a los verdaderos responsables detrás de este caso de corrupción; o guardar silencio, seguir protegiendo a quienes lo han dejado solo y arriesgarse a cargar con toda la culpa. ¿Qué decisión tomará? Su actitud en las próximas semanas podría no solo determinar el rumbo de este escándalo, sino también el fin de sus aspiraciones políticas, especialmente si, como se rumorea, planeaba postularse como candidato a la alcaldía de Laredo en el futuro.
Se espera que la Fiscalía y la Contraloría intervengan de manera contundente para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. Lo que no queremos ver es que, como suele ocurrir en estos casos, el hilo se rompa por el lado más débil y los verdaderos culpables queden impunes. ¿Será este el comienzo de una investigación profunda o simplemente otro caso que caerá en el olvido? Solo el tiempo y la presión ciudadana lo dirán. Lo que está claro es que la verdad debe salir a la luz, caiga quien caiga.